El paseo del Rato, muestra de abandono de una ruta natural protegida

PAULA ARROJO, X.M.P. LUGO / LA VOZ

LUGO

Bancos rotos, puentes inestables y flora descontrolada son algunos de los mayores problemas

25 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con una longitud de casi tres kilómetros y medio, el paseo del Rato es un camino natural que parte del viaducto de A Chanca y se prolonga hasta la desembocadura del propio río, donde este confluye con el Miño. El paseo fluvial continúa por la ribera del río más famoso de Galicia antes de llegar a su fin, a la altura del barrio de A Tolda.

Desde hace unos meses, esta ruta presenta un aspecto descuidado, hecho que resulta chocante, puesto que está considerada parte de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño.

El propio curso del Rato, desde su nacimiento hasta su desembocadura, se presenta oculto por la gran cantidad de maleza existente. El libre crecimiento de la vegetación sobre el agua engulle el río en la mayor parte de su trayecto, incluso en algunos tramos da la sensación de que desaparece.

Dejando a un lado las cuestiones directamente ligadas a la naturaleza, el mobiliario construido a lo largo del paseo también se encuentra en condiciones de abandono.

Los bancos de madera prácticamente no se tienen en pie. Al deterioro que sufren a causa de las condiciones climatológicas hay que sumarle la acción humana, causante de que muchos de ellos presenten pintadas, patas rotas o tablas destrozadas.

El estado de los puentes que conectan ambos lados del río tampoco es óptimo. Muchos de ellos se encuentran desgastados y deteriorados, produciendo una sensación de inseguridad para quien los cruce, al sentir que se pueden derrumbar bajo sus pies de un momento a otro.

También los carteles dispuestos por todo el camino, situados sobre soportes de madera, evidencian el mal estado de la zona. Construidos con el objetivo de proporcionar información sobre el paseo fluvial a todo aquel que lo visite, muchos de ellos a día de hoy resultan difíciles de leer, tanto por el desgaste que genera el paso del tiempo como por el excesivo crecimiento de la maleza a su alrededor.

En definitiva, el paseo del río Rato es un camino perfecto para dar un paseo, correr, andar en bicicleta o incluso tumbarse a tomar el sol. Sin embargo, su inevitable deterioro y las escasas medidas de limpieza y cuidado llevadas a cabo para frenarlo pueden terminar por anular la belleza de este paraje natural.