Rodríguez: «Ahora no hay ganas de pensar en el siguiente»

BARBANZA

DANI GESTOSO

Neutralizar el tramo de Outes dejó mal sabor de boca a la organización

17 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Rali de Noia dejó luces y sombras. Por suerte hubo más de las primeras que de las segundas, aunque los malos tragos suelen pesar más cuando transcurre un tiempo. Eso se desprende de las palabras de Javier Rodríguez, presidente de la Escudería Berberecho: «Neutralizar un tramo porque se produjo un accidente puede pasar, pero tener que hacerlo porque la gente no respeta las normas de seguridad tira al suelo la motivación para trabajar. Ahora no hay ganas de pensar en el siguiente rali».

La actitud de unos cuantos individuos en el trazado de Outes, que no abandonaban una zona prohibida para el público, hizo que la Guardia Civil de Tráfico decidiera que no era seguro que los bólidos corrieran por él. «Se les dijo que salieran de allí y nada. Siempre pido sentido común, si ven que hay una cinta roja no vale que estén cuatro pasos atrás, porque si un coche se pasa de frenada y se sale de la pista se los va a llevar por delante», comenta Rodríguez.

A pesar de que los ánimos ahora estén bajos, que nadie tema por el Rali de Noia: «Seguiremos, porque esto es lo que nos gusta y porque nos motivamos y luchamos año tras año». Además, este percance no debe empañar la buena actitud de las más de 30.000 personas que se estima que acudieron a la cita. «En todos los tramos vi a muchísima gente y a casi todo el mundo bien colocado».

Valoración general positiva

Analizando todo lo sucedido durante el fin de semana, Javier Rodríguez apunta que «la valoración general es buena. Siempre es así cuando no hay que lamentar daños personales. Teníamos algo de miedo el viernes con el tramo urbano, aunque pudimos comprobar, por lo que nos dijeron los vecinos de la zona, que fue un éxito y gustó mucho».

También en el aspecto competitivo la conclusión es positiva. La intensa lucha que mantuvieron Iago Caamaño y Víctor Senra por la victoria, principalmente durante la mañana del sábado, fue un aliciente: «Todo rali es más vistoso si hay pelea por el triunfo. Cuanto más reñido esté más aguantan los espectadores».

Asimismo, el presidente de la Escudería Berberecho vio como, mayoritariamente, se cumplió una de las peticiones que lanzó antes de la carrera: la relacionada con la basura. «En este aspecto la gente estuvo de diez. La empresa de limpieza ya pasó por Mazaricos y Outes y nos comentó que el público se portó bien».

Un trazado complejo y técnico que provocó medio centenar de abandonos

Medio centenar de participantes no acabaron la 34 edición del Rali de Noia. Los incidentes se produjeron ya el primer día, con el incendio del coche de Miguel Ángel Villar como percance más vistoso. Por suerte no hubo que lamentar daños personales, pero los accidentes sí que provocaron retrasos en el horario estipulado. «Claro que los tramos tenían sus trampas, ya lo comentaron los pilotos en las verificaciones, aunque destacaron que estaban muy bien», asegura Javier Rodríguez. El trazado de la prueba era complejo y requería de pericia, pero «para eso está el conocimiento que se tenga, las anotaciones que se hagan y, luego, donde quieras estar en la clasificación».

Por otra parte, Rodríguez también resalta que «con la gran cantidad de coches que había encuadramos el número de abandonos en una cifra lógica». También el tiempo jugó su papel: «Hubo pilotos que dijeron que la segunda pasada de Montemuíño debería haberse neutralizado por la niebla y la lluvia. Nosotros consideramos que se podía correr sin problema, se veía bien y el nivel de seguridad era bueno. Así lo creyeron, además, la mayoría de los participantes».